Nació en el Hospital Central de Maracay, lo que quiere decir que es más aragüeño que nadie. Se convirtió en el jugador con más partidos vistiendo la franela de Atlético Venezuela, pero tenía una deuda con su propia ilusión: vestir los colores del equipo cuya región lo vio nacer. Su nombre: Héctor Pérez, jugador que mucho puede aportar a la institución desde la solidez que define su accionar: férreo, seguro, transparente en el marcaje y por encima de todo, noble.
Nada tiene que ver su rostro de jabalí enfurecido con la personalidad de un tipo que defiende los colores de una escuadra cuya camisa ha adherido a su piel. Ha sido parte de las dos clasificaciones continuas a la Copa Sudamericana, y desea seguir brillando con la escuadra con sede en el Estadio Hermanos Ghersi, donde tantas veces ha podido mostrar cualidades.
“Sinceramente, a pesar de haber clasificado por segundo año seguido a la Copa Sudamericana, yo me quedo con la sensación de que pudimos haber hecho algo más. Por supuesto que no es fácil competir internacionalmente dos veces seguidas, pero siempre queremos más, porque somos ambiciosos. Esperemos que este año sí podamos conquistar algo más grande, porque para eso trabajamos todos los días”, expresó Pérez.
Héctor quiere ser el emperador de la zona media y para eso, tiene que seguir demostrando sus capacidades con el balón dominado, en pelota detenida y hasta en cada posicionamiento táctico. Ha sido clave en el esquema de “Kike” García, por lo cual desea triunfar en Maracay.
“Tenemos un plantel lo suficientemente bueno como para hacer historia, porque no solamente estamos los de experiencia, sino también unos muchachos que tienen muchas ganas de mostrarse en el país e internacionalmente. Tengo grandes expectativas, la verdad, a pesar de los tiempos que vivimos en el mundo”, confesó el volante ofensivo.
Si algo tiene “Tico”, es que también puede hacer las veces de delantero, por su inmenso repertorio de juego, capaz de generar tanto como lo que puede llegar a concretar. Pisa territorio rival permanentemente, sabiendo que llegar es mucho más importante que estar.
“Donde esté, siempre daré lo mejor de mí, porque cuando eres profesional, debes rendir en el lugar que sea. Hemos vivido grandes momentos gracias a eso: el sacrificio que cada quien hace. Todo eso es parte de la ideología que grupalmente nos caracteriza”, agregó.
Su apellido se coloca en el libro de la historia amarilla y roja como alguien que ha sudado la camiseta con tanto orgullo como esfuerzo, para contribuir en aras de consolidar metas relevantes en una organización que, con el pasar de los años, sigue manteniéndose firme.