Made in Carabobo por Julio Castellanos

¿Es posible hablar de exportar productos hechos en Carabobo al resto del mundo de forma rentable y competitiva?, no solo es posible, es imprescindible.

Ciertamente, la dictadura militar ha provocado la destrucción más profunda de aparato productivo alguno en tiempo de paz que se haya registrado en el planeta y para comprender su magnitud podemos recurrir a una sola cifra ilustrativa: El número de establecimientos industriales en Venezuela. Para 1998 eran 11.117 y para 2007 el número de industrias descendió a 7.093, ese año el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dejó de publicar la cifra, presumiblemente, por carecer de buenas noticias.

En Carabobo, el 70% de la industria nacional de ensamblaje de vehículos fue destruida no por las sanciones internacionales sino por las acciones nacionales de un gobierno indolente. El partido Acción Democrática, alarmado por los informes recibidos desde la clase trabajadora, se reunió hace unos años con Francisco Ameliach, el entonces gobernador inútil de turno. Tanto Rubén Limas como Antonio Ecarri solicitaron medidas que evitaran lo que luego simplemente presenciamos con suma tristeza: la desaparición de miles de empleo al cerrarse las principales ensambladores automotrices.

Ahora bien, ya que hoy muchas de las industrias han cerrado y esa circunstancia coincide con la quiebra de la Industria petrolera, la gallina de los huevos de oro, tenemos dos opciones: llorar nuestra desgracia o actuar para resolverla. En principio, es un prerrequisito que la política monetaria, cambiaria y fiscal se reencuentren con la coherencia y el sentido común.

Pero, simultáneamente, un nuevo gobierno regional competente y gobiernos municipales renovados,deben hacer ajustes técnicos a su legislación y procedimientos administrativos que permitan estimular la industria, entre ellas:

1) Redimensionar y Recapitalizar la Sociedad de Garantías Recíprocas de Carabobo. Esta institución creada en 2005 se ha visto minimizada, al punto que sus últimas gestiones conocidas han sido ofrecer garantías para la adquisición de taxis, no obstante, su objetivo debe ser la emisión de garantías para el acceso a financiamiento, nacional e internacional, a la pymi manufacturera.

2) Mitigar la carga tributaria sobre la industria exportadora con valor agregado nacional superior al 30% a través de la aprobación de la respectiva ordenanza municipal. Esto es posible si se aprueba en los municipios Valencia, San Diego, San Joaquin, Guacara y Puerto Cabello nuestro Proyecto de Ordenanza de Promoción de Exportaciones, para ello se necesita en los Concejos Municipales una alta dosis de vocación pública y legitimidad de origen.

3) Desarrollar políticas públicas para la adquisición de bienes de capital para la industria en la cual participen de forma coordinada la banca, los distintos niveles de gobierno y los gremios empresariales.

4) Ejecutar programas de I + D + i (Investigación, Desarrollo e innovación) financiados conjuntamente entre la industria y el gobierno regional, además de ser respaldados por las Universidades Carabobeñas.

5) Destinar fondos públicos para el apalancamiento del emprendimiento y la microempresa. En este ítem podemos ubicar la creación de incubadoras de empresas, los concursos universitarios de innovación con premios de capital semilla y el trabajo coordinado con iniciativas privadas tipo Business Angel.

6) Fomentar la conformación de clusters industriales con el fin de propiciar el aprovechamiento de economías de escala para fortalecer la competitividad y la rentabilidad. En nuestro estado tenemos dos experiencias, Comec y Capec, debemos multiplicar dichos modelos de asociatividad empresarial al punto de establecernos como meta crear, como en otros países, 100 clusters al año.

7) Reformar la LOCTI (Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación) para que los fondos empresariales destinados a la investigación sean usados por las empresas en la mejora de sus propios procesos.

8) Rescatar la infraestructura pública de las zonas industriales, proporcionarles seguridad, conectividad y respaldo en materia de gestión de desastres.

Un buen amigo vasco me dijo en una ocasión que en Venezuela «todo está por hacer» y es cierto. Es momento de empezar a hacerlo. Si en un aspecto debería surgir un gran consenso es en materia económica y, ahora, en el marco de la iniciativa del Frente Amplio Venezuela Libre denominada Plan País, todos las organizaciones carabobeñas tienen la oportunidad de elevar sus ideas para convertirlas en hechos en el próximo gobierno democrático. Llegó la hora de hacer realidad el «Made in Carabobo».

Julio Castellanos / jcclozada@gmail.com / @rockypolitica

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