Me entristece, no lo niego, me da dolor referirme a la bajeza y vulgaridad con la que se han estado refiriendo y ofendiendo entre sí, en los últimos días o semanas un grupo de artistas y algunos «influencers» de las redes sociales venezolanos que andan regados por el mundo.
¿Qué nos está pasando como sociedad? Debemos incluirnos en el asunto porque seguramente desde el punto de vista sociológico algo muy malo nos ha de haber sucedido en los últimos 20 años como sociedad; ¿Por qué algunos compatriotas, artistas o no, «periodistas» o no, se creen con la potestad y el derecho de destruir la reputación de otros venezolanos? Al parecer algunos que se hacen llamar profesionales y expertos en periodismo de investigación, no tienen la más mínima noción de lo que realmente es investigar un tema con técnicas y herramientas que generen credibilidad para emprender tan delicada labor, tal vez nunca han leído algún texto referente a este arte.
«El hombre nuevo» acuñó en algún momento el finado teniente coronel Hugo Chávez, y al parecer el único gran logro y legado de este señor fue cumplir esa promesa de «crear» un nuevo pensamiento, una persona que por encima del valor de la vida prefiere los insultos, una persona que no mira hacia los lados a observar el verdadero dolor del pueblo venezolano, del ser humano de carne y hueso que siente y padece, de cientos de ancianos y niños que están obligados a comer basura o que se mueren de mengua en un hospital por falta de medicina, o de aquellos que últimamente mueren desnutridos porque no tienen ni bolívares, ni petros ni un carajo para comprar ni un trozo de pan, ¿Hasta cuándo compatriota?
Basta de vivir de una forma tan banal, llora ante los ojos de Dios el comportamiento de muchos que por un ratico de fama o por algunos dólares ven morir a su semejante y nada hacen, o siguen su vida como si nada. Venezolano, te escribo a ti, al de buen corazón, al venezolano con el que crecí y viví los mejores años de mi vida, demos el todo por el todo, desde donde estemos, por rediseñar la Patria alegre que merecen conocer nuestros hijos y nietos, rescatemos los valores del amor, el respeto, la paz y el bien, eso nos tiene que distinguir por encima de cualquier otro asunto; apuesto a ti, que el 2019 sea el año del cambio social que necesitamos como nación, más que un cambio meramente de gobierno, es fundamental cambiar nuestra percepción de vida para transformar y construir, todos los países pasan por procesos complejos de transformación sociológica, el nuestro es ahora. Qué Dios guíe a mi pequeña Venecia, como la llamó Ricardo Montaner.
Jorge Isaac Jiménez Flores
CNP: 16.658 Periodista Venezolano