La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD por sus siglas en inglés, United Nations Conference on Trade and Development), reveló este jueves los resultados de su Informe anual sobre el Flujo de Inversiones Mundiales, WIR 2019.
El Consejo de Promoción de Inversiones (CONAPRI), como agencia de promoción de inversiones de Venezuela y socio de UNCTAD, colabora con este informe desde 1990, llevando a cabo la administración de las encuestas se aplica a las empresas de los países participantes.
El World Investment Report 2019 (WIR) se centra en las tendencias de la inversión extranjera directa (IED) en todo el mundo, a nivel regional y nacional, y las medidas emergentes para mejorar su contribución al desarrollo.
UNCTAD/PRESS/PR/2019/015 | Ginebra, Suiza, (12 junio 2019) Según el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2019 de la UNCTAD, los flujos de inversión extranjera directa (IED) a América Latina y el Caribe disminuyeron un 6 % en 2018, a 147.000 millones de dólares. La región no pudo mantener el repunte de 2017, que había puesto fin a un prolongado descenso de la inversión.
“En la prospectiva para América vemos numerosos factores positivos para atraer a los inversores. Los recursos naturales, la infraestructura y los bienes de consumo deberían seguir atrayéndolos” dijo James Zhan, director de la División de la Inversión y la Empresa. No obstante, observó que la región seguía siendo vulnerable a los acontecimientos externos.
América del Sur y Centroamérica
Los flujos a América del Sur cayeron un 6 %, a 101.000 millones de dólares, debido al descenso de la inversión dirigida al Brasil y a Colombia. La difícil situación económica del Brasil y una abrupta reducción de las fusiones y adquisiciones en comparación con los niveles sin precedentes de 2017 se tradujeron en una caída del 9 % de las entradas de inversión al país, a 61.000 millones de dólares. En Colombia, los flujos descendieron un 20 %, a 11.000 millones de dólares.
En el resto de América del Sur, las entradas se mantuvieron constantes, y en Ecuador se duplicaron gracias a un brusco aumento de la inversión en el sector minero. En Centroamérica, los flujos se mantuvieron estables en 43.000 millones de dólares.
En México, el incremento de la reinversión de utilidades por filiales extranjeras existentes ayudó a que la inversión permaneciera en 32.000 millones de dólares. Las entradas a Panamá ascendieron un 21 %, a 5.500 millones de dólares, impulsadas por un nivel sin precedentes de fusiones y adquisiciones y proyectos mineros.
Las salidas de inversión de las empresas multinacionales de América Latina cayeron abruptamente en 2018, a un mínimo de 6.500 millones de dólares, en la medida en que las filiales extranjeras de las empresas brasileñas repatriaron recursos financieros y que las inversiones de Chile se replegaron. Sin embargo, las inversiones procedentes de Argentina, Colombia y México aumentaron.
El Caribe
En el Caribe, si se excluyen los centros financieros extraterritoriales, los flujos cayeron un 32 %. La contracción se debió al descenso de la IED (2.500 millones de dólares) en República Dominicana, el mayor receptor de la subregión, a pesar del enérgico crecimiento económico que se registró en 2018. Los flujos a Haití y Jamaica también se redujeron, a 105 y 775 millones de dólares, respectivamente.
Se prevé un mantenimiento de los flujos en 2019
Se proyecta que los flujos de inversión hacia la región y procedentes de esta no variarán en 2019, de la mano de una estabilización de los precios de los productos básicos y de las condiciones en las principales economías.
Las tensiones entre sus mayores socios comerciales y una desaceleración económica mundial plantean riesgos considerables a las exportaciones de la región, dominadas por los productos básicos, que podrían empañar las perspectivas de la IED, dijo el Sr. Zhan.
Un número cada vez mayor de países de la región está apostando a las zonas económicas especiales para destrabar el desarrollo económico. Hay alrededor de 500 de estas zonas en la región, que alojan a más de 10.000 empresas y emplean a alrededor de 1 millón de personas.
En Costa Rica, República Dominicana y Nicaragua, estas representan más de la mitad de las exportaciones, mientras que las de México y Colombia son responsables del 31 % y el 13 %, respectivamente, de las exportaciones de ambos países.
En los últimos cinco años, Argentina, Brasil, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú y Uruguay han revisado sus estrategias en la materia de zonas económicas especiales para alinearlas a los parques industriales y las zonas de desarrollo, con miras a la creación de empleo y el fomento de la modernización tecnológica.
Ello podría traducirse en la creación o el inicio de las operaciones de 20 a 30 zonas económicas especiales en los próximos cinco años.