Mientras los floridanos, incluyendo los trabajadores de atención médica en la primera línea, continúan luchando cada día con el desastroso impacto de la pandemia del COVID-19 en sus vidas, Donald Trump va a Florida sin intenciones de resolver problemas, sino a recaudar dinero para su campaña en un evento en Mar-A-Lago. Durante esta pandemia, Donald Trump ha ignorado el problema, culpado a otros, pasado por alto la magnitud de la pandemia, tratado de dividir a nuestro país, y recompensado a sus amigos mientras que las familias estadounidenses tratan de sobrevivir.
Donald Tump y otros líderes que han fallado en cumplir con las expectativas del momento tienen en común la ineptitud. Con el aumento de muertes a consecuencia del COVID-19, Donald Trump debería centrarse en enviar suministros críticamente necesarios a hospitales y a los trabajadores de primera línea estadounidenses. Pero no es sorprendente, ya que hemos visto a Donald Trump expresar admiración por los dictadores durante su mandato, ya sea por su voluntad declarada de reunirse con el brutal dictador Nicolás Maduro o su gran afecto por Vladimir Putin. Lo voy a decir claramente: la respuesta de Donald Trump a esta pandemia es sacada del molde de los líderes autoritarios que buscan mantenerse en el poder a expensas del buen gobierno. Los floridanos y las familias se merecen y necesitan algo mejor. Como presidente, voy a liderar el país con transparencia, respeto y dignidad para todos los estadounidenses. Lo que está en juego es muy alto para actuar de otra manera.