Madrid esperaba la llegada de Residente como la primera lluvia después del verano. El WiZink Center se convirtió en una fiesta en el primer gran concierto del curso en la capital española. Residente, como ya hizo en Barcelona dos días antes, donde firmó otro sold out, conquistó a las más de 15.000 personas que se congregaron para recibirle la noche del pasado domingo 15 de septiembre y a quienes brindó un concierto que repasó los mejores temas de su carrera, tanto en solitario como en Calle 13, y donde hizo hincapié en su último trabajo ‘Las Letras Ya No Importan’.
A medio camino entre el clasicismo y la vanguardia; entre lo popular y lo más elaborado, Residente comenzó el show envuelto en el sonido de un chelo y un contrabajo y lo terminó envuelto en aplausos. Entre medias, casi una treintena de canciones que comenzaron con ‘René’, una de sus canciones más personales y que supuso una declaración de intenciones sobre lo que estaba por llegar.
El cine y el universo audiovisual se han convertido en los últimos tiempos en un pilar imprescindible del imaginario de Residente. Su último trabajo está explícitamente influenciado por el séptimo arte, y así también lo está su show. Dividido en escenas, como un filme, Residente brilló en todos y cada uno de sus registros, dejando patente de su versatilidad y de la fecundidad de todas sus etapas.
Así, el espectacular concierto de Residente en el WiZink Center comenzó con su faceta más narrativa y autoconsciente -‘Pa Divertirme’; ‘El Pecador’- y continuó inmediatamente con la versión más desenfadada y hedonista del artista puertorriqueño. Sus grandes éxitos de baile -‘Atrévete’; ‘Baile de los pobres’;’Cumbia de los Aburridos’- se mezclaron con canciones como ‘Muerte en Hawaii’ que más de una década después que vieran la luz siguen demostrando su vigencia en cada show.
Después, llegaron canciones donde Residente mira alrededor y canta sobre el mundo que le rodea y sobre su identidad; el contraste ‘This Is Not America’ y ‘Latinoamérica’ fue uno de los grandes momentos de una noche que cruzaba ya el ecuador, aupada por un público leal a un artista irrepetible.
El cierre del concierto, la escena final, el climax, tuvo como protagonistas las interpretaciones vigorosas y apasionadas de ‘Portarnos Mal’ o ‘Fiesta de Loco’ antes de despedirse con un emocionante final que levantó a las quince mil almas que llenaron el WiZink Center a reivindicar que ‘El Futuro es Nuestro’. La ovación final fue tal, que Residente volvió a subir al escenario para cerrar, ahora sí definitivamente, con ‘313’: uno de sus últimos éxitos y una pieza fundamental de su último álbum, ‘Las Letras Ya No Importan’. Para cerrar por todo lo alto el concierto, Residente cantó junto a la artista española, Silvia Pérez Cruz, con quien colaboró también en otro track del LP, ‘Artificial Inteligente’.
Residente firmó un concierto brillante, con todo vendido, en el que evidenció su sinergía única con España y con el público y los artistas españoles, que le abrazaron de principio a fin y desmintieron, una vez más, que las letras, en definitiva, lo más reflexivo, lo más humano, ya no importa.