La fiscalía del sur de Florida dio a conocer este lunes una acusación por corrupción y lavado de dinero contra Raúl Gorrín, el propietario de la televisora de noticias venezolana Globovisión, con estrechos vínculos con el presidente Nicolás Maduro y su predecesor, el fallecido Hugo Chávez.
Los delitos por lo que es acusado el dueño de Globovisión implicarían el pago de penas que varían entre 5 a 20 años de prisión.
En el documento, también se registran una serie de bienes que le habrían sido incautados en los Estados Unidos.
Entre los bienes hay cuatro viviendas de lujo vinculadas a Mario Enrique Bonilla, presunto testaferro de los cuatro hijos de Cilia Flores, esposa de Maduro.
Según los documentos de la corte, Gorrín tiene contacto directo con los hijastros de Maduro, que le habrían ayudado a “resolver temas” con el mandatario a través de la intercesión de su madre.
El abogado de Gorrín en EEUU, Howard Srebnick, negó en una declaración enviada a El Nuevo Herald que el empresario venezolano tenga relación alguna con este caso.