Nueva York empezó a despertar este lunes al entrar en la fase uno de la reapertura de la ciudad tras cien días de parón por la pandemia, pero lo hizo de una forma poco visible, con la fantasmagórica imagen de las tiendas de Manhattan protegidas aún por temor a nuevos saqueos por las protestas contra el racismo, aunque con una mayor actividad en algunos sectores, como la construcción, y en el transporte.