Como un acto de barbarie calificó el diputado Lester Toledo, coordinador internacional para la Ayuda Humanitaria de Venezuela, la acción cometida esta semana por efectivos de la Guardia Nacional, de impedir a la fuerza el paso por los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, a miles de niños de San Antonio y Ureña quienes estudian en planteles educativos ubicados en Colombia debido a las carencias que atraviesa Venezuela.
“Ni el llanto, ni el reclamo de las madres venezolanas lograron que estos funcionarios, a la orden del usurpador, abrieran paso para permitir que los niños y adolescentes cruzaran para asistir a sus escuelas. Esas imágenes de niños enfrentados a un comando armado, nos llenan de indignación y dolor, ver a nuestros pequeños ahogados con gases lacrimógenos y sometidos al terror de la represión por el solo hecho de querer estudiar, desgarran el alma. Todo, producto del cierre de la frontera, una orden criminal dictada por el usurpador para impedir el paso de la ayuda humanitaria”.
El también dirigente de Voluntad Popular, alertó sobre las consecuencias nefastas que está generando el cierre de frontera. “Por su obsesión de poder y por orgullo, Maduro ordenó cerrar el paso a la ayuda humanitaria, pero al ejecutar esta medida no solo le cierra el paso a la esperanza de vida a millones de venezolanos que la esperaban, sino también, está afectando la única alternativa de subsistencia para los habitantes de la frontera, está truncando la educación de miles de niños venezolanos y además esta confinando a la muerte a centenares de pacientes, quienes se han visto en la obligación de ir a Cúcuta para realizarse diálisis, quimioterapias, radioterapias u otro tipo de tratamientos en su intento de sobrevivir”.
El parlamentario explicó que a las imágenes de los niños tratando de cruzar la frontera, se le suma la de una fila interminable de personas enfermas recorriendo las trochas en búsqueda de tratamientos médicos o medicinas.
“A riesgo de sus vidas, pagando multa a los irregulares, hemos visto ríos humanos de personas enfermas caminando por las peligrosas trochas para cruzar la frontera y poder comprar sus medicinas o continuar con tratamientos necesarios para salvar sus vidas. Abuelos en muletas, algunos hasta en sillas de ruedas, con mascarillas, se ven obligados a pasar por este peligroso y doloroso viacrucis por culpa de un dictador inhumano, inmisericorde y cruel, que por su terquedad y obsesión está hundiendo cada día más a Venezuela en la miseria y la muerte”.
Finalmente, Toledo sostuvo que la apertura de la frontera es un asunto de vida o muerte al igual que la entrada de la ayuda humanitaria a Venezuela. “Cada día que el usurpador permanece en Miraflores son centenares de vidas de venezolanos que se exponen a la muerte. En nombre de quienes fallecieron en manos de este régimen mientras reclamaban libertad, en nombre de los voluntarios que el 23 de febrero salvaron valientemente la ayuda humanitaria de las llamas, de los heridos, de los presos políticos, no desmayaremos en nuestro propósito, resistiremos e insistiremos hasta lograr pasar todos los camiones cargados de medicinas, alimentos, esperanza y libertad para nuestro país”.