La Comisión Europea ha propuesto este miércoles prohibir la venta de coches de combustión e híbridos a partir de 2035, un objetivo vinculante para el que reclama también el despliegue de una red suficiente de recarga en toda la UE y que forma parte de un paquete más amplio para intentar reducir las emisiones del bloque un 55% en 2030