Mientras que Jeffrey Epstein enfrenta nuevos cargos federales en Nueva York por traficar mujeres menores de edad, el Secretario de Trabajo del presidente Trump, Alexander Acosta, enfrenta nuevas críticas por su manejo del caso de Epstein en Florida en el 2008.
Pero Marco Rubio, quien llama a su amigo Epstein “una mente brillante”, se niega a exigirle la renuncia. Marco Rubio, un viejo amigo de Acosta, ayudó a Epstein a conseguir un acuerdo de culpabilidad que lo mantuvo fuera de la prisión federal e impidió una nueva investigación del FBI en Florida, a pesar de las pruebas de que Epstein cometió delitos que deberían haberlo enviado a «prisión de por vida».
Mientras Acosta se enfrenta a nuevos llamados a que renuncie a su posición, Rubio apoya a Acosta, y durante el último año ha sido uno de sus mayores defensores en el Senado.
El Director Ejecutivo del Partido Demócrata de Florida, Juan Peñalosa, dio a conocer la siguiente declaración pidiendo la renuncia de Acosta:
«Alexander Acosta orquestó el acuerdo del siglo para un depredador sexual, lo cual lo descalifica para dirigir el Departamento de Trabajo. Si bien es posible que Estados Unidos no haya conocido todos los detalles del papel de Acosta al permitir que un depredador infantil y un traficante sexual acusado haya sido liberado, la administración de Trump y Marco Rubio probablemente sí conocían esa información.
Acosta nunca debió haber sido confirmado para ser Secretario de Trabajo, pero los contactos de Acosta en Miami y Washington DC, su posterior confirmación, y el apoyo de Marco Rubio y Donald Trump, es evidencia suficiente de que las relaciones son más importantes que «hacer lo correcto”. Marco Rubio debería defender a las víctimas de agresión sexual y pedirle a Acosta que renuncie».