Carlos Vecchio presentó sus credenciales como representante diplomático del gobierno encargado de Juan Guaidó en 2019, durante la Administración Trump. Para ese momento Venezuela fue uno de los temas principales en la política exterior de Washington. Una ovación bipartidista también reconoció el liderazgo de Guaidó, mientras decenas de sanciones eran impuestas a individuos e instituciones ligadas al gobierno de Nicolás Maduro.
De esos momentos, la Administración Biden heredó y reafirmó el reconocimiento a Guaidó como presidente interino, pero la definición de su política sancionatoria hacia el gobierno de Nicolás Maduro sigue siendo una incógnita, al menos de puertas afuera.
El presidente Joe Biden cumple este sábado su primer mes al frente del país. En ese ínterin, la Casa Blanca enfatizó que los objetivos del gobierno serán “reforzar la vía diplomática multilateral” para presionar hacia una salida democrática, hacer frente a la crisis humanitaria y “perseguir” a individuos implicados en corrupción y violaciones de derechos humanos.
Para el embajador Vecchio, la crisis venezolana será un tema “imposible de ignorar”, a pesar de que reconoce que, más allá de la pandemia y la «agenda americana», la situación fronteriza y la relación con México y Centroamérica parecieran ser, por ahora, una prioridad “urgente” y, además, “entendible” de la nueva administración.