El acuerdo definitivo de paz del gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia cumplió este sábado dos años de firmado con muchas dificultades para su implementación, sin que se haya conseguido poner en marcha una buena parte de lo pactado y con un crecimiento de la violencia en regiones donde estaba la guerrilla.
24 de noviembre del año 2016, el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, conocido en su época de guerrillero como «Timochenko», firmaron el acuerdo de paz en el Teatro Colón de Bogotá y con ello se dio fin a más de medio siglo de confrontación armada.
Gracias al acuerdo, más de 7.000 guerrilleros dejaron las armas e iniciaron su tránsito a la vida civil, aunque después al menos 1.200 de ellos se juntaron a grupos disidentes.
Londoño, ahora presidente del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), afirmó este viernes que los avances de la implementación del acuerdo han sido reducidos, especialmente en el tema del “acceso a la tierra” para los ex combatientes.
La cuestión de la tierra hace parte del punto uno del acuerdo, referente a la «Reforma rural integral», y los otros son los de «Participación política», «Cese el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo», «Solución al problema de las drogas ilícitas», «Víctimas» y «Mecanismos de implementación y verificación».
Por el acuerdo, las FARC pudieron participar por primera vez este año en unas elecciones legislativas, y aunque su resultado fue pobre, con poco más de 50.000 votos obtenidos, garantizaron representación en el Congreso por ocho años con cinco senadores e igual número de representantes a la Cámara.
Santos dijo este sábado que el proceso de paz con las FARC no ha sido un camino fácil pero consideró que todos los colombianos deben seguir haciendo un esfuerzo porque «así es como le vamos a dejar a nuestros hijos un mejor país».
El jefe negociador de las FARC, Iván Márquez, alegó falta de garantías para irse con otros antiguos líderes guerrilleros a un lugar hasta ahora desconocido.
Sumado a esto, la detención en Bogotá de Seuxis Pauxias Hernández, alias «Jesús Santrich», por petición de la Justicia de Estados Unidos que lo pidió en extradición por narcotráfico.
Pese a ello, la comunidad internacional mantiene su respaldo a lo pactado e incluso el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, dijo que el caso de Colombia es una inspiración para quienes buscan poner fin a los conflictos armados en el mundo por medio de negociaciones.
El partido de las FARC denunció el miércoles pasado que 84 ex guerrilleros han sido asesinados después de la firma del acuerdo.
Por eso, Eamon Gilmore, el enviado especial de la Union Europea para la paz de Colombia, y Jean Arnault, jefe de la misión de la ONU en el país, consideraron que el principal reto de Colombia es incrementar la presencia de las instituciones en las regiones.
Por EFE